terça-feira, 29 de setembro de 2009

Cousas curiosas

Parece que no povo Ianomami há uma forte violência sobre as mulheres. O curioso é que elas consideram que se um homem não lhes bate é porque não gosta dela. É um comportamento que nos resulta chocante quando o vemos numa sociedade primitiva.
O certo é que a vulgaridade de muitas relações mede-se por este modo chocante de extorsão, simulação, chantagem e violência emocional que procura fixar a atenção continuamente sobre si.

Muitas pessoas chegam a se ofender se são tratadas bem, com educação e respeito, mantendo certas distâncias devidas à necessidade de não precipitar ou invadir a intimidade de alguém com um abuso de confiança.

É sobre esta base emocional que resulta fácil para muitas pessoas ceder boa parte da sua autonomia pessoal em favor de outros que lhes ofereçam essa estimação que realmente não necessitam, como no caso das mulheres Ianomani.

Realmente o nosso primitivismo é mais fácil vê-lo nas tribos do que aqui mas não significa que não exista.

(Se tu es uma mulher de quem são os bigodes?, diz o provérbio mongol)

3 comentários:

Esdedesear disse...

Si, es llamativo ese "atajo" que se suele buscar en manifestaciones de confianza que no deben llegar hasta estar muy afianzada una relación, la que sea, laboral o afectiva. Así se da más valor a la propia manifestación, a la forma que al fondo. Lo cual no deja de ser más propio de estados infantiles, como los primitivos, que de estados de madurez. Quizás por eso esté hoy tan extendido, "ídolos de la plaza del mercado!. Un abrazo.

José António Lozano disse...

Yo no veo la televisión pero es un buen espejo de la brutalidad y vulgaridad emocional que invade la intimidad de las personas en actos de auténtico canibalismo mediático. Había una frase del profeta Muhammad que decía que el que invadía la intimidad de las personas las corrompía. La corrupción que anida en muchos encuentros sociales y la manera en que las personas encuentran una "complicidad baja" (por ejemplo, entre los hombres hablar de mujeres de un determinado modo)

O como decia Nietzsche: "Donde se juntan dos tiene que morir un tercero"
Está claro que si uno no participa de eso se nota pero resulta aburrido.En general esta complicidad en la que "todos nos entendemos de que va el asunto" siempre me resultó incómoda o simplemente detestable. Hay como un curriculum oculto de "bajas pasiones" en las relaciones cotidianas (sobre todo en ambientes laborales) que tiene su piedra de toque, y la prueba de su pobreza en los encuentros y desencuentros de las personas que pasan de ser uña y carne a tirarse los trastos a la cabeza, pero puede que vuelvan a aliarse bajo otras circunstancias ulteriores.
En fin como la vida misma. ¡Pero que vida!
Un gran abrazo, Conchita.

Esdedesear disse...

"La más profunda analogía del hombre con relación a sus semejantes radica en su desestimación". Musil dixit.