sexta-feira, 27 de fevereiro de 2009

Crêdito


Há uma frase de Chesterton que encontrei no seu livro "Ortodoxia" em que diz:

"Passamos de uma cousa inexplicável a outra cousa inexplicável. Ao que está no meio chamamos-lhe explicação"

Não encontro frase mais certa. E não me canso de repeti-la. Ás vezes rio só pensando no Big-Bang e a maneira em que temos uma explicação que não explica nada. A própria palavra tem ressonâncias de competição desportiva, algo assim como Big-Bang-Boom. Por não falarmos do evolucionismo, que basicamente é uma exposição exemplar da frase de Chesterton. Mas os seres humanos consolamo-nos com este movimento explicativo que nos dá a sensação de que compreendemos qualquer cousa. É como um acto de prestigitação: um movimento de mãos , nada por aqui, nada por ali e, de súbito, aparecem dous coelhos. Ficamos tranquilos. Já temos uma explicação. O prémio de consolação bem amarrado pelas orelhas.

Uma das ciências mais soteriológicas e mistéricas, ciência que produziu em mim perguntas insolúveis e de respostas frustrantes foi e é a Economia. Cousas simples como o dinheiro, a produção de valor, a riqueza nunca fui capaz de comprendê-las bem. Quer dizer, que tenho a sensação de que algures, há algum passo da explicação da ciència económica que não me entra de jeito racional mas que devo assentir com um acto de fé. Ora bem, repare-se que a Economia está cheia de números, gráficos, estatísticas...etc. Tenho a sensação de que tudo isso é para despistar. Há algo muito simples que não quere que se desvele. É como quando se falava em latim na missa para que as pessoas não soubessem o que ali se dizia, não vaia ser que se fizessem realmente cristãs, e então sim que teríamos um problema. Aqui passa-se o mesmo. O Imperador está nu e é preciso investir muito esforço em que não se veja. E não é pouca cousa.

Por certo, e voltando ao de antes. Gosto de esta frase de Marx:

"Sem dúvida não é o macaco o que explica ao homem mas o homem o que explica ao macaco".

E como diria o outro:

-Traga-te essa.

Vi como sufría la gente por no tener una cantidad pequeñísima de dinero. Tenían que pedir prestado el dinero a prestamistas, a usureros. Y los usureros se aprovechaban y convertían a estas personas prácticamente en esclavos, porque literalmente trabajaban para los usureros. Lo poco que ganaban se lo quedaban los usureros y tenían muy poco para sí mismos.
Así pues, tuve una idea. Si les podía proporcionar este poquito de dinero, probablemente las cosas iban a serles más fáciles. Por tanto, hice una lista de personas que necesitaban esta pequeña cantidad de dinero. La lista contenía 42 nombres cuando la terminé, finalmente. La cantidad total de lo que necesitaban era 27 dólares. Fue chocante para mí, porque como profesor de economía enseñaba sobre los planes nacionales de desarrollo de un país, cómo se elaboraba el plan quinquenal, cómo los planes quinquenales cambiaban la calidad de vida de los pobres en Bangladesh. Allí hablamos de millones de dólares, de miles de millones de dólares de inversión. Nunca hablamos sobre menos de un dólar por persona para las necesidades de las personas.


(...)

Así que acudí al banco. Pensé que el banco era la institución adecuada para esto. Se trataba del banco que estaba situado en el mismo campus donde daba clases. Cuando propuse al director que debía dar préstamos a los pobres del pueblo donde vivíamos todos, casi se cayó del cielo. No podía creer siquiera que lo había propuesto. Dijo: “Es imposible. No se puede hacer”. Yo dije: “¿Qué tiene de imposible? Es una cantidad tan pequeña de dinero que tendrá que dar que no les hará daño”. Dijo: “No, no es cuestión de hacernos daño. El dinero no es lo importante. No es la cantidad. Es sólo que en principio no puedo dar el dinero a los pobres”. Dije: “Eso es muy curioso porque se supone que se presta dinero a personas que lo necesitan, y ellos son los que lo necesitan”. Dijo: “No, aunque lo necesiten, no pueden conseguir un préstamo bancario porque no son solventes”. Por tanto, tuve una gran discusión sobre quién merece recibir un crédito y quién no, pero se mantuvo en su postura de que un banco no puede prestar dinero a pobres porque no tienen solvencia.


(...)

Finalmente, en 1976, después de acordarlo todo, di el primer préstamo a la gente a través del banco. El director del banco me advirtió de que el dinero nunca iba a volver, por que cometía un error al dar dinero a los pobres. Por tanto, que me preparara, que nunca vería ese dinero más. Yo dije: “Asumiré el riesgo. No tengo idea de si el dinero volverá o no, pero creo que es legítimo hacerlo”. Y lo hice. Afortunadamente para mí, se devolvió cada penique. No tuve ningún problema. Y me encantó que fuera tan fácil porque todo el mundo me estaba metiendo miedo de que no iba a funcionar. Cuando le dije al director: “Mira, me han devuelto cada penique, ha funcionado”, éste dijo: “Bien, puede que haya funcionado en un pueblo, porque es pequeño, y vas detrás de todo el mundo para que te lo paguen, pero si lo haces en dos pueblos no te lo devolverán”. Así que dije: “Vale, lo intentaré en dos pueblos”. Lo probé en dos pueblos, uno al lado del otro. Y seguía funcionando. No le impresionó en lo más mínimo. Dijo: “Quizás lo debes hacer en cinco pueblos”. Así que fui, y lo hice en cinco pueblos para convencerle de que funcionaba. Funcionó, pero no quedó convencido. Seguía aumentando el número cada vez que me parecía que ahora el banco iba a aceptar el hecho de que los pobres merecían recibir préstamos porque me habían devuelto el dinero sin ningún problema. Cada vez decía que no, que tenía que hacerse en otro número de pueblos.

(...)

Por tanto, llegó el momento en que empecé a pensar, ¿por qué intento convencerle a él? ¿Por qué se habían vuelto tan importantes sus decisiones para mí? Al principio no tuve idea de si iba a funcionar o no. Pero ahora, después de realizarlo unas cuantas veces, en muchos pueblos, estoy totalmente convencido de que lo que veo es lo correcto, de que lo que estoy comprobando es la realidad. Lo que él decía era totalmente fabricado, una completa mentira, una postura sin fundamento.

Eu gosto especialmente destas frases:

Nuestra banca se basa en la confianza. No nos basamos en garantías. Esto lo he explicado. Pero no he explicado una cosa más. Nuestro sistema no está basado en un instrumento legal tampoco. No existe un instrumento legal entre el prestador y el prestatario. Intente convencer a un banquero convencional de que le dé un préstamo pero que no le pida que firme nada. Tendrá miedo. ¿Cómo se puede hacer ese tipo de cosa? Necesitamos el documento por que la presunción es que en algún momento se dejará de pagar y me iré al tribunal para asegurar que se me pague, ya que recuperaré el dinero de todas formas por orden judicial. Pero no tenemos ningún papel de este tipo. Si alguien no nos devuelve el dinero, no acudimos al tribunal. No hay ningún papel que nos apoye ante un tribunal. Así pues, diseñamos todo en base a la relación humana, y funciona. Me pueden decir: “¿Qué pasa si nadie le devuelve el dinero, que todo el dinero que ha dado no vuelve?” Digo: “Porqué debo preocuparme por eso? Si me preocupo por eso no dormiré por las noches, pensando que todo el dinero que he dado no va a volver nunca. Ahora duermo muy bien. Sé que se va a devolver cada penique”. Eso es lo que ha pasado durante los últimos 26 años y seguirá pasando así. No tengo ninguna duda, en ningún momento, de que algo vaya mal, porque el sistema funciona así

E também, em resposta sobre a possível carga que supunha para a mulher o sistema de microcréditos:

Que el microcrédito ha aumentado la carga que pesa sobre las mujeres. Una vez más, se trata de una elección. La mujer puede elegir. Nadie le obliga a hacerlo. Lo único que decimos es que le damos prioridad, pero sólo después de conocerle y hablar con ella. Si no piensa que quiere aceptar el dinero, tener unos ingresos independientes, tomar un préstamo-vivienda, todo depende de ella. Nadie puede obligarla a hacerlo. Cualquier éxito, cualquier logro es también una responsabilidad. No puedes evitar asumir una responsabilidad y de repente encontrarte con el éxito. Cualquier cosa, incluso ir a la escuela, supone una carga. La carga es que tienes que ir a la escuela, tienes que aprobar los exámenes, hacer los deberes en casa. Si no, no haces nada. Pienso que en lugar de verlo como una carga, las mujeres que yo veo lo consideran una oportunidad, una oportunidad para la vida. Esa es la única razón por la que el banco del tipo Grameen funciona. Si no, ¿porque debe la gente devolver el dinero? Falla toda la lógica. No hay un instrumento legal, no hay bienes en garantía Se ha recibido el dinero y ahora lo está devolviendo. ¿Cuál sería la razón detrás de ello? ¿Por qué va alguien a devolver el dinero cuando la lógica dice que debe guardarlo y olvidarse del banco, olvidarse de todos los demás? Mi explicación es que los prestatarios sacan tanto beneficio del préstamo que no quieren que la puerta se les cierre. Este es el argumento más importante, la razón mayor, por la que la gente devuelve el dinero: no sólo quiere que la puerta siga abierta, sino que se abra cada vez más. Están orgullosas de cuidar de si mismas. Por primera vez sienten que han logrado hacer algo. Ser una mujer, una niña, en una familia en Bangladesh es una experiencia bastante aterradora para cualquiera, porque todo el mundo le dice que al ser una niña 17 ha llevado la miseria a la familia, que ha llevado la desgracia a la familia, que debía haber sido un niño en lugar de una niña. Sufre esta condena constantemente porque es niña. Y esa niña, que ha comenzado su vida con la sensación de no ser nada, cuando sienta por primera vez que no es tan inútil como todo el mundo le había dicho, siente por primera vez que es alguien. Puede asumir el control de sí misma y puede lograr cosas. Por tanto, diría que este planteamiento de que el préstamo sea una carga no es realmente lo que siente la mujer. Puede salir de alguien de fuera que no está implicado y que lo vea así. Por primera vez, las mujeres han podido establecer su condición de ser propietarias. En el contexto de Bangladesh, las mujeres no son propietarias de nada. Cualquier cosa que es de la familia pertenece al marido. Una mujer no puede decir prácticamente que tiene nada suyo, y aunque lo tenga, tiene un miedo a muerte de reclamarlo. El Banco Grameen le establece como el titular legal de bienes, porque tiene todos los documentos. Se trata de su propio préstamo, su posesión. Ella es la propietaria y sus ahorros en la cuenta están a su propio nombre. Ha elegido el heredero de sus bienes, sin dejarlo a la ley de la herencia. Ha seleccionado, en caso de su propia muerte, tal persona o tales personas que heredarán todos sus ahorros, lo que tenga en su cuenta bancaria. Así pues, una mujer que nunca había tenido una cuenta bancaria en su vida, ahora tiene una cuenta y unos ahorros en la misma. Mujeres que nunca habían tenido una casa en su nombre ahora la tienen, ya que cada casa para la construcción de la cual el Banco Grameen concede un préstamo-vivienda es propiedad de la mujer prestataria. Sin tener la escritura del título de propiedad a nombre de la mujer no le damos el préstamo. Así pues, es la dueña de la casa. Las mujeres son las propietarias del medio millón de viviendas para las que hemos dado préstamos. Ahora es propietaria, una persona respetable. Por primera vez es elegida a algo. Nuestros grupos consisten en cinco personas y las cinco eligen una presidenta. Una pobre nunca es elegida a nada, no sabe que a nadie le interese lo suficiente para ser elegida. Pero por primera vez es elegida presidenta. ¿Soy la presidente? ¿Realmente? ¿Podré hacerlo? Se pone muy nerviosa, pero después de un tiempo empieza a disfrutarlo porque todo el mundo le consulta porque es la presidenta. Cuando llegue el final de su mandato y se elija a la siguiente presidenta realmente se siente triste por tener que ceder el puesto que ha disfrutado tanto. Luego, puede ser jefa de centro, que es la jefa de 40 mujeres en un conjunto más grande de grupos. Ella disfruta de estas cosas, que como individuo nunca tuvo. Hoy, no sólo eso, están las elecciones locales. Cuando Bangladesh celebró sus últimas elecciones locales, muchas de las prestatarias del Banco Grameen se presentaron. Más de 2.000 miembros del Banco Grameen fueron elegidos a los órganos locales. Así pues, esa persona tímida, que tenía miedo a hablar incluso, a raíz de sus experiencias y de tratar las cuestiones de los grupos y del centro, desarrolla dotes de liderazgo y se presenta a las elecciones públicas, junto con muchas otras personas que se presentan también, y sale elegida. Éstos son los cambios. Si sólo se mira el aspecto de carga, se pasa por alto el aspecto del placer, de la ilusión. Muchas gracias

E finalmente:

Desgraciadamente, me he estado pronunciando en contra del bienestar público. Digo que las subvenciones públicas tienen su momento y su lugar. Para mí, cualquier programa de bienestar público o de subvención tiene que tener un límite en el tiempo. No puede durar un tiempo ilimitado. Cuando las personas tienen serios problemas y no tiene ninguna ayuda ni viene nadie a ayudar, el estado puede intervenir para ayudar a la persona a que rehaga su vida de nuevo, pero no para que dependa del estado o de ninguna otra persona de forma permanente. La razón por la me opongo a subvenciones a más largo plazo o permanentes es porque un perjuicio que causan las subvenciones es que quitan la iniciativa de las personas. Las personas ya no luchan por conseguir algo. No luchan por su dignidad, o por poder asumir el control de sus vidas. Las personas no se organizan para lograr algo, porque las subvenciones no requieren eso. Veo el bienestar público permanente casi como un parque zoológico humano. En el parque zoológico se ven animales muy sanos, les dan de comer todos días y demás. Están lustrosos y sanos, pero no tienen la vida que deberían tener. En una situación de beneficencia, una situación de subvenciones, puede que las personas sobrevivan, pero no están utilizando sus instintos humanos y el elemento humano que tienen. La vida de la persona es un placer cuando va logrando algo, cuando está luchando para conseguir algo. Y eso es lo que las personas deben hacer. Eso es lo que diría en cuanto al bienestar público. Lo importante es que el estado crea un entorno que habilite a la persona para que él o ella pueda cambiar su mundo él o ella sola. En lugar de hacer eso, decimos, bien, ni lo intente, le cuidaré. Creo que perjudica a la persona. Quita la dignidad humana de la persona. No quiero quitar la dignidad humana, sino me gustaría reforzarla. Toda la sociedad debería aplaudir que, efectivamente, ha ganado su primer euro, en lugar de decirle, vale, aquí tiene un euro. No sería el enfoque adecuado.

Como terás já adivinhado trata-se de Muhammad Yunus.

http://www.eumed.net/cursecon/textos/yunus_frdp.pdf


domingo, 22 de fevereiro de 2009

A lição de Ahmed

Para o meu avô Lalo

O meu outro avô chamava-se Rafael. Devo-lhe a ele o meu interesse pela Galiza, pelas nossas tradições, pela nossa cultura. Cousas de Castelao, O Catecismo do labrego, Sempre em Galiza, chegaram a mim através dele. Muitas das estórias que depois conheceria como as do Mullah Nasrudim eram estórias que tinham como centro a um galego (Nasrudim) e onde lembro que se intercalavam figuras reais como a de Montero Ríos. Recordo como durante anos colecionou a Enciclopedia Gallega. Era um homem de sensibilidade artística, nascido numa aldeia do concelho de Meis a poucos Km de Cambados. Restaurou muitas telas e imagens de Igrejas da zona. Sempre me lembro quando chegavamos ao Convento de Armenteira e a minha mãe assinalava uma virgem que tinha sido restaurada por ele. Eu sempre esperava o momento em que a minha mãe dizia:

- Vês essa virgem? Restaurou-na Lalo (já contei que à minha avó lhe pus o nome de Lala, por incapacidade de dizer abuela quando criança, então o meu avô passou a ser Lalo)

Ele era um pintor minucioso e detalhista de inclinações realistas (não gostava da arte moderna) que tinha uma capacidade artesanal magnífica. Sempre gostava de pôr a palavra "jeito" e "jeitoso" como exemplos de palavras intraduzíveis para o castelhano. Ele tinha jeito para tudo o que fossem as mãos: modelar, pintar, restaurar, inventar máquinas...

Tinha ido com dez anos interno para Carrión de los Condes estudar com os jesuítas. Com eles foi para Bélgica, anos mais tarde, quando a expulsão da época da República. Aí deram-se muitas experiências que lhe abriram à realidade do que significava ser galego em Castela e os preconceitos que aninhavam contra uma cultura camponesa que falava uma outra língua. Realmente ele tinha uma imagem dos castelhanos forjada nessa etapa passada em Carrión, que foi rica em muitos aspeitos mas também extraordinariamente dura em outros. Via-os como pessoas arrogantes e sem subtileza mas também admirava-os secretamente. Às vezes parecia odiá-los mas eu ainda lembro uma viagem que fizemos os dous de carro a Madrid e a sua satisfacção ao falarem com os castelhanos das vilas em que parávamos. Recordo sobretudo a volta: o seu rosto estava radiante. Ele dizia:

- Os castelhanos autênticos são mui boa gente. Melhor que nós.

E eu ficava extraordinariamente contente de ouvir essas palavras saídas da sua boca. A mim também me pareciam certas. Lembro essa última viagem que fiz com ele e foi como uma reconciliação. Tinha encontrado uma escusa (supostamente por negócios) para ir a Madrid mas a viagem não era realmente necessária e ele poderia ter solucionado tudo aquilo sem sair de Corunha.

Mas tudo isto que antecede é para contar uma história da que o meu avô foi protagonista. Contou-ma passados mais de quarenta anos desde que aconteceu mas penso que ainda pode ser valiosa.

O meu avô participou em toda a Guerra Civil, no bando de Franco, com grande valor e coragem. A minha pórpria avó chamava-lhe "a cabra de Hiroshima" pela sua sorte ao sairem ileso de acidentes e na mesma guerra. Participou nos combates mais duros e nas situações mais difícieis, mas tão só recebeu uma bala numa perna, que nunca lhe chegaram a retirar. Ele mostrava-me o joelho, e dizia que se lhe aplicassem um detector de metais, aquilo tinha que apitar ao chegarem ali.

Entre os soldados havia um grupo de marroquinos (mouros) que também participavam na guerra (e de maneira brutal segundo se conta). O meu avô tinha feito amizade com um deles, Ahmed. Tinham certas afinidades artísticas e ambos rezavam o rosário, o que os fez falar também sobre religião. O rosário mussulmano chama-se tasbih e utiliza-se como uma forma de contar os nomes ou atributos de Deus, num exercício interno que se chama Dhikr. Eram os únicos que se retiravam a rezar e, para além disso, Ahmed mostrou uma especial consideração pelo meu avô.

Um dia o meu avô soube que Ahmed ia visitar a sua aldeia em Marrocos. Falando com ele pediu-lhe que se, por acaso, tinha ocasião de passar por Ceuta ou Melilha lhe trouxesse umas placas fotográficas. Praticava a fotografia e essa era uma ocasião de conseguir as placas de revelado mas advertiu-lhe que só o fizesse se coincidia que tinha que passar por Ceuta ou Melilha ou não o fazia desviar-se da sua missão.

Ahmed foi, voltou e trouxe as placas.

Passaram os dias e o meu avô notava um ambiente raro entre os marroquinos e Ahmed. Pareciam zombar dele. Ahmed estava sério com os seus próprios compatriotas e as relações pareciam difíceis.

O meu avô indagou e descobriu que Ahmed tinha andado oitenta km fora da sua aldeia para lhe conseguir as placas, o que era aproveitado pelos seus companheiros para incomodá-lo e ridiculizá-lo. O meu avô ficou atónito e foi falar com Ahmed. Disse-lhe:

- Ahmed, como fizeste esse esforço?. Eu tinha-te dito, que no caso que te coincidisse, trouxesses as placas. Porque o fizeste?

Ahmed respondeu-lhe:

- Tu também? Pensei que fosses um irmão na fé. Por favor, não perguntes nem te comportes como esses parvos. Isto é um assunto entre Deus e mim. Por favor, deixa o tema.

O meu avô contava-me isto quase com lágrimas nos olhos. Era uma lição que atravessava dezenas de anos, várias gerações. O contexto era a terrível Guerra Civil e um mouro era o mestre.

Lalo acabava por dizer:

- Os autênticos musulmanos têm uma fé que para nós os cristãos é inconcebível. Acreditam num único Deus e respeitam a Jesus muito mais do que nós. Nunca esquecerei essa lição.

E a lição chega agora, amigos, a vós.



sábado, 21 de fevereiro de 2009

A educação de Orfeu

- Vai, toca!
- Não sei!
- Sabe, sim. Vai!

- Ele toca bem, não? O que é que você esta olhando?
- Cala a boca!. Ele está fazendo levantar o sol.
- Ele fez o sol levantar.
- Puxa!. Igualzinho a Orfeu.
- Agora você é Orfeu
- Não...
- Simmm
- Toma essa florezinha. Toca uma musiquinha para mim, toca...

Laralala Laralala Lararala lala lala...

quarta-feira, 18 de fevereiro de 2009

Quadrinhas de sabor popular




Chega o Entrudo chocalheiro e o nosso liceu arma-se de barco pirata. Estamos a preparar as nossas foliadas e foliões. Aqui vão estas quadrinhas de saber e sabores populares. Aqui vão os airinhos da nossa terra. Iremos de choqueiros, remendando e aproveitando o que se puder.



-Este é-che um conto velho

um conto novo também

enfermou a Educação

ninguém sabe o que tem


Disque está velha a pobre

que não pode c'os seus pés

anda-che roe que roe

vai todo o mundo ao rivés


Vieram médicos sábios

que até d'América eram

e com menzinhas e lábios

a velhinha compuxeram


Puxeram-na numa cadeira

toda digna e compostinha

ninguém sabia o que tinha

a enferminha sobranceira


Sábios de grandes idades

todos ao seu carão

dixeram grandes verdades

e palavras de cartão


(-Ai que afogo, ai que morro

já não sinto o coração

deixai-me morrer tranquila

ainda que for sem perdão)


Que beba sangue de dragão

que danze uma panxolinha

que coma assado um jamão

o que necessita é sardinha


Um sábio chinês falou

e depois o americano

também um índio opinou

só não falou o paisano


Puxeram-na num leito brando

outros disque sobre o chão

outros já no camposanto

outros à beira dum cão


Todos estavam dispostos

a rezar uma oração

todos tinham nos rostos

as marcas da devoção


(-Ai que afogo, ai que morro

já não sinto o coração

deixai-me morrer tranquila

ainda que for sem perdão)


Todos os sinos falavam

desta estranha condição

e cantar cantar cantavam

a morte da Educação


Passou-che uma cousa rara

no meio deste folião

um rapazinho com vara

falou assim pró montão:


-Deixai falar à velhinha

que nos deixe uma benção

se vai morrer tão aginha

que descargue o coração


(-Ti não es de Campolongo

nem de Andrade ou a Capela

Ombre, Laraxe ou o Congo

donde vens ti daquela?)


-Eu sou ninguém de ningures

que aparece nos caminhos

não fai falha que me jures

não há mentiras nos ninhos


(-Ai que afogo, ai que morro

já não sinto o coração

deixai-me morrer tranquila

ainda que for sem perdão)


-Não quero poções da China

nem ervas à americana

quero auga da fontinha

da minha aldeia galana


Quero-che pão de trigo

a poder ser sem centeo

quero-che um bom amigo

para contemplar o ceo


Todos são sábios persas

e eu morro-te acompanhada

de saberes e conversas

que morro bem afogada


Todos querem ensinar

mas ninguém aprender

todos querem mandar

e ninguém obedecer


Vou-me longe, isto acabou

aqui não tenho trabalho

aqui há sábios ao chou

imos mudar de baralho

sábado, 14 de fevereiro de 2009

De círculos e quadrículas.


Há anos encontrei um livro sobre arquitectura muito crítico com os desenhos teóricos e abstractos que modelam boa parte da arquitectura do século XX. Lembro que o autor era americano, com um grande sentido comum, boas doses de singeleza e algumas doses de humor. Fazia uma reflexão em voz alta sobre o que ele considerava a estrutura de uma cidade ou uma vila tradicional e a comparava com as cidades construídas artificialmente na actualidade. Constatava uma diferença fundamental: nas primeiras havia ambiente e vida; as segundas pareciam mortas. A que se devia isto?

O que este homem vinha defendendo é que nas vilas tradicionais as conexões seguiam uma tendência reticular enquanto que nas cidades construídas por arquitectos modernos muitas delas seguiam um modelo arvorescente e hierárquico. Não eram modelos puros mas eram tendências. Quando a vida se organiza a si mesma por um padrão intuitivo e pragmático adopta formas vivas que se enlaçam com os interesses da gente: a praça, os comércios, as lojas, os parques, os negócios , as escolas inserem-se em contacto mutuo. Nas outras cidades o que acontecia era uma especialização: o parque num lugar, a escola noutro, o comércio noutro. O resultado era que as interacções eram muita mais variadas, a mescla mais produtiva, o sabor e o calor humano mais vivo numa sociedade tradicional que numa cidade moderna.

Lembro-me disto porque a disposição dos lugares, a articulação dos espaços é essencial para que se possam dar novas formas de pensamento e interacção. É por esta razão que eu chamo ao âmbito do meu trabalho a quadrícula. Sou professor de ensino secundário e a burocracia mental vai em aumento. O pensamento que se pode tentar transmitir na situações actuais da estrutura escolar sigue um padrão acumulativo e linear, de compartimentos estanques, deixado ao logro e à capacidade eventual de situações que dependem mais do acaso que da possibilidade de fundamentar um ensino coerente e abrangente. Sem dúvida há muitos mais factores que os geométricos ainda que estes são sintomâticos. Uma das evidências mais notórias do fracaso na escola actual é que se segue um estilo repetitivo. Há uma uma repetição continua durante anos das mesmas cousas e uma assimilação mínima das mesmas. De quem é a culpa?

Bem, basicamente são os políticos os que decidem como organizar tudo isto. Eles podem querer fazer cousas maravilhosas e inovadoras mas sempre o querem fazer desde acima. Liquidam a autonomia e a construção desde abaixo. Por outro lado os professores são filhos do processo reprodutivo da quadrícula e tendem a agir segundo o que eles mesmos aprenderam a fazer, qualquer outra cousa provocaria ansiedade e insegurança. É normal se considerarmos todo o funcionamento da sociedade, eles são, somos, uma parte da mesma. De facto uma tentativa experiencial radicalmente diferente não pode ser implantada de súbito porque deve ser construída pouco a pouco, passo a passo como aprender a dançar ou a fazer trabalhos manuais, e deve ser feita entre todos. Agora bem, isto não vai acontecer porque não é um processo isolado. Teria que ser parte de um processo presente já na sociedade que implicaria uma quantidade de sabedoria que não está disponível agora mesmo. De maneira que ainda teremos muito tempo para nos queixar da educação. O essencial seria que o processo educativo não eiva-se a capacidade e o talento, a criatividade das pessoas mas é justamente isso o que está ausente do sistema escolar cada vez mais notoriamente.
Penso que neste século haverá mudanças notáveis e, para variar, grandes sofrimentos da população. O sistema social é um sistema de produção e reprodução de identidades isoladas mas o futuro humano joga-se numa construção colectiva de consciências conectadas e criativas. E isso não se pode, hoje, aprender na escola.
E que é o que se opõe à quadrícula? Bem, em oposição à quadrícula está o círculo!




quarta-feira, 11 de fevereiro de 2009

Divagação em voz alta.


"O ouro falso existe porque existe ouro verdadeiro mas não é culpa do ouro verdadeiro que exista ouro falso.
Como disse um homem ao apresentar a outro:
- Aqui está fulano, é sábio, mas ele não tem a culpa"
Do Livro "Ditos vadios de Pir-i-Lampo"


Ler as obras clássicas é sempre muito mais interessante que ler aos que se dedicam a contar-nos o que outros dizem. Surgem surpresas sempre agradáveis. Ler Kant, Platão, Spinoza, Nietzsche directamente permite-nos tirar conclusões que tão só longinquamente podemos chegar a intuir num comentarista. O que me chama a atenção é o processo de degradação de ideias cercanas, repetidas e perfeitamente datáveis. Quando, por exemplo, enfrentamos a figura de Sócrates vemos que os seus próprios contemporâneos o confundem com um sofista e muitos dos que falavam com ele quase diariamente e o tinham por amigo desconhecem realmente a sua personalidade e como vai reagir perante a acusação e posterior juízo. Uma pessoa accessível a todo o mundo, que falava diariamente com aquele que se lhe acercasse era, ao mesmo tempo, alguém sobre o que circulavam todo tipo de rumores e ideias estranhas, como nos mostra Platão em alguns dos seus diálogos. Era um desconhecido. Não é um problema que exista só no presente, e que poderiamos desculpar pelo tempo transcorrido, é algo que lhe acontecia aos seus contemporâneos.

O próprio Platão faz umas muito interessantes declarações na Carta VII sobre o sentido da filosofia, chegando a dizer que não vale a pena manter dialéctica sobre o sentido mais alto do conhecimento porque não é de carácter discursivo mas experiencial. Esta mesma ideia pode ser rastejada em muitos dos seus diálogos junto à sua crítica ao literalismo e às limitações da transmissão escrita. Foi sistematicamente esquecido, infrainterpretado, ou sobreinterpretado. Lembro como um conhecido catedrático tentava sair desse problema declarando-o insolúvel e a continuação actuar como se essas palavras nunca tivessem sido ditas ou escritas. Ele pretendia dizer que isso era tentar resolver um problema que se dava no passado e sobre o que nada podíamos fazer. Ele não percebia algo muito simples: ele não acreditava que houvesse aí nada especial. Ainda assim fazia gala de probidade científica. Não percebia que esse era um problema no presente do que ele decidira desentender-se. Ele tinha interesses como académico que lhe resultavam mais importantes que a busca da verdade.

O próprio Aristóteles refuta uma Teoria das Ideias que Platão tinha já criticado e abandonado e ele tinha que saber isso. Se observarmos a maior parte das críticas que uns filósofos fazem a outros vemos que simplesmente não se compreendem bem. Caricaturizam ou esquematizam o que lhes interessa criticar e tudo resulta fácil. Não sempre há má fé mas tampouco sempre é a boa fé a que avonda. Há rivalidades, obcecações e personalismos. Tudo isto pretende esquecer-se, pretende fazer-se como que não existe, quando é a base de muitas dialécticas e explicaria muitas das teorias e filosofias que configuram a nossa sociedade. Também é a base de que muitos queiram pronunciar a última palavra. Não é tanto a busca da verdade quanto a necessidade de encher uma compulsão agonal cujos alicerces são a violência e o poder.

Górgias e os seus imitadores menos talentosos são o modelo da filosofia que se impõe como praxe. Górgias representa um atractivo e fascinação que nunca poderá oferecer um Sócrates, um Antístenes, um Platão, um Zenão (o estoico), um Epícteto. A gente não busca a verdade: o que quer é ser impressionada da mesma maneira que um primitivo venerará ao que acenda lume diante dele. Quanta mais parafernália mais possibilidades de sucesso.

Paradoxalmente o homem realmente sábio resulta mais insípido que os picantes e espécias que necessita o charlatão para disfarçar o fraco sustento que realmente tem para oferecer. Os doces sempre serão a fonte de capricho de uma criança enquanto que a comida verdadeira é a que lhe oferece a mãe e que não sempre receberá com agrado. Mas que prove a alimentar-se a doces um dia e veremos o resultado.

Tudo isto deveria dar que pensar porque sucede diariamente. As pessoas não escutam nem querem saber que pensa o outro realmente. Só querem assegurar-se uma atenção e uma descarga emocional, disfarçada de todo tipo de honoráveis intenções.

Diante de Górgias o que sabe parece um idiota. E um idiota acaba por incomodar até ao mais hierático porque é uma fonte contínua de frustrações: mete o pé na argola e não responde nunca ao que se lhe pergunta. Realmente este homem não sabe!. E como nós sabemos, o contrário é o "zoon politikon". Um animal e um político: um sofista. E porque não dizê-lo: um homem sofisticado, que como Aristóteles sabia é dado à melancolia. "Todos os grandes homens foram melancólicos", diz Aristóteles. Se bem é certo que não todos os melancólicos são grandes homens convém pensar nisso. Ser "grande homem" é um fardo pesado. É por isso que o Mullah Nasrudin não se permite essas lindezas. Foi Walter Benjamin quem nos lembrou a mania melancólica do tirano no Drama Barroco Alemão.
Gostaria de pensar num título interesante em si próprio:

"As melancolias de um Górgias. Apócrifo"


Enfim, deixai-me rir um pouco, ainda que não às escâncaras.

quinta-feira, 5 de fevereiro de 2009

Política?


Um dos problemas contemporâneos mais complexos de tratar é o da combinação entre ideologia e condicionamento. Pelo menos dous aspeitos sobressaem: o afã de conversão e a maneira de conceber a cultura como uma forma de propaganda, alimentada por todos os truques comerciais para o seu consumo. É algo profundamente absurdo. As energias que tradicionalmente a religião movilizou na sua autoperpetuação são agora absurdamente imitadas em todos os âmbitos da vida. É dificil hoje em dia expor umas ideias sem que as pessoas não estejam condicionadas a situar-se perante elas desde o posicionamento da aceitação ou a rejeição, sem mais interacção e sem mais observação. Em ausência de conhecimento real criam-se domínios que actuam como territórios estatalizados e estáticos, como os diferentes nacionalismos. Longe de promover uma imbricação conexa, alenta-se uma produtividade autista sem ordem nem sentido, uma fé do carvoeiro com doses de maior pragmatismo mas igualmente cega. O elefante na escuridão é uma luta por defender uma pata contra uma orelha, uma tromba contra um rabo.
Realmente, amigos, são tristes os diferentes nacionalismos, os chauvinismos vários, as novas religiões dos estados e as etnias que irradiam as formas mais tribais do sentido de posse e de identidade.
A cultura é, realmente, agricultura e o moderno sistema só produz mais fome no interior de uma superprodução esterilizante. Tudo isto é bastante literal. E vem a conto de que recebi alguns e.mails perguntando-me sobre questões políticas. Quero responder abertamente:

Considero o nacionalismo uma eiva infeliz para o desenvolvimento da cultura galega, que é a cultura também humana. Sinto ser tão politicamente incorrecto mas estou farto desta monserga. Há um linha tradicional e viva que nos liga ao natal através do vernáculo (e utilizo intencionadamente esta palavra), há um lar, um fogar, um quarto próprio que nos faz despontar um sentir que não pode ser "promovido" "ajudado" e "subsidiado". Quando ,com dezassete anos , lia Pessoa por primeira vez e começava a achegar-me ao português desde o galego ,o que sentia não tinha nada de "político", era como ter descoberto que uma mensagem chega-se ao jovem príncipe que lhe sussurrava ao ouvido: - Acorda, procura a jóia e mata a serpente. Es o filho dum rei. Não es um escravo! Rompe as cadeias e volta a nós. Mas era a conexão com os ancestros e com a dignidade. Eu, digo, lia Pessoa:


No lugar dos palácios desertos e em ruínas
À beira do mar,
Leiamos, sorrindo, os segredos das sinas
De quem sabe amar.

Qualquer que ele seja, o destino daqueles
Que o amor levou
Para a sombra, ou na luz se fez a sombra deles,
Qualquer fosse o vôo.

Por certo eles foram mais reais e felizes.


Pode que o galego desapareça como língua, pode que muitas cousas vaiam neste sêculo desaparecer ou pode que muitas pretendam ficar num museu. Há diferentes tipos de museus no fim de contas. Há museus ambulantes ou vidas artificiais. Que morra o que tenha que morrer.

O futuro do galego, o futuro disto e daquilo. São velhos problemas diferidos para evitar encontrar-se com o verdadeiro problema: um mesmo. Nada que verdadeiramente mereça a pena se perde, é uma lei natural, um postulado da razão prática. Que os que não se conheçam a si mesmos façam projectos de futuro e se metam nesses negócios. Quanto a mim penso que há negócios melhores e mais realistas.

Sou um pele-vermelha criado no bairro da Sagrada Família (classe alta como se vê) e sou gente, como diria Dersu Usala. Não permitirei que me salvem nem que me digam o que devo fazer pelo meu bem. Melhor é nesse caso abandonar o barco e fazer um harakiri honroso porque também sou japonês chegado o caso. Não permitirei que arranjem um falcão para convertê-lo em pombo. E se chega o momento em que os falcões se extingam, enfim, dizei-me o que isso significa, amigos. Eu reconheço que o não sei.

Despeço-me por hoje com um antigo poema que fala de muitas mais cousas das que eu imaginava quando o escrevi há quase vinte anos. Em certas cousas um é monotemático.



Em todas as ruas te encontro
em todas as ruas te perco

(Mário Cesariny)


a noite é um punhal indefeso
uma arma negra
onde os olhos se inclinam

quando te perco entre ruas
de cores cinzentas
a noite me mata: tristemente!

e então eu procuro
no meio de um sangue azul e negro
os teus vidros curtantes
as tuas adagas de seda
as tuas unhas de âmbar

en qualquer rua te encontro,
indefeso e anoitecido,
com um punhal sobre o peito
e finjo, então, desconhecer-te.

as leves ruas sem margem
são como aguarelas de luz
e assim não dormem os peixes
e assim nós não dormimos
de rua em rua
de quarto em quarto
de vidro em vidro
caminhando esquecidos
um rente ao outro

e tu não vês o meu punhal sobre o peito
e eu não vejo as tuas adagas de seda
porque toda a noite é uma arma indefesa
sobre formas escuras
onde sempre te perco

anuncia-se, então, ao dobrar uma esquina
umas unhas de âmbar
e suavemente amanhece
e uns vidros curtantes
ao chegarem o dia
mas eu estou fixo
com a noite no peito
onde sempre te perco.